Regresar a la Web "Sevilla Regala Vida"

martes, 6 de febrero de 2018

Cuidados tras el trasplante




Cuando un paciente se trasplanta, mejora su estado general y su calidad de vida, pero para que el trasplante dure el mayor número de años y se produzcan el menor número de complicaciones posible es necesario cuidar varios aspectos:

Tras la cirugía, el paciente ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos durante 2-3 días y luego en planta de hospitalización durante unos pocos días más. Los cuidados son fundamentales para evitar contagios e infecciones, por lo que es recomendable visitas protegidas con mascarillas y batas, con buena higiene de manos y lavado con geles desinfectantes, así como evitar flores, plantas o animales.

Tras el alta hospitalaria, el paciente debe seguir unas pautas y recomendaciones médicas importantes para su correcta evolución y para cualquier duda, puede contactar con el médico responsable de trasplantes. Inicialmente, el control analítico y médico es frecuente y fundamental para el seguimiento de la funcionalidad del nuevo órgano. Según pasen las semanas y los meses, las consultas de control se espaciarán en el tiempo.

El médico especialista, el equipo de trasplante y profesionales de enfermería trabajan con el paciente y la familia la educación sanitaria y los procesos de autocuidado para dar al paciente una atención integral basada en la persona y no en la enfermedad.

Es muy importante la adherencia a la medicación, fundamentalmente la inmunosupresora, y seguir las pautas establecidas por el médico. El paciente no debe auto medicarse por los posibles efectos adversos que podría provocar. Es conveniente durante los primeros meses llevar un control personal en un cuaderno, en cuanto a temperatura, peso en ayunas, tensión arterial y frecuencia cardíaca y cantidad de orina. Ante cualquier dolor o en procesos de fiebre, podrá tomar paracetamol, deberá evitar antiinflamatorios no esteroideos, salvo en casos excepcionales de prescripción médica.

En general, el trasplantado puede realizar una vida progresivamente normal. Al principio, debe tomar ciertas prevenciones, como no coger pesos, no estar en lugares cerrados con mucha gente, evitar el contacto con personas que padezcan procesos infecciosos… No debe conducir en un periodo de 6 meses ni estar en contacto con animales los 2-3 primeros meses; pasado ese tiempo, pude estarlo siempre que estén vacunados, desparasitados y lavándose las manos después de haberlos tocado. Para pasear al aire libre, debe protegerse la piel con fotoprotectores, gafas de sol y sombrero.

La alimentación es un capítulo importante. Desaparecen muchas restricciones de alta intensidad y la tendencia es coger peso. El paciente deberá mantener una dieta sana, equilibrada, baja en sal y evitando alimentos ricos en azúcares y grasas. El tabaco y el alcohol (excepto un vaso de vino en la comida, si no hay problemas hepáticos) deben evitarse.

En lo referente al ejercicio físico, al principio es conveniente caminar por terrenos llanos durante 60 minutos, y poco a poco puede ir practicado algún deporte, evitado los de contacto físico, ejercicios violentes o deportes de riesgo. Pasados 12 meses, la práctica del ejercicio puede ser más normal, siempre progresiva, basada en una correcta alimentación, una buena hidratación y un adecuado descanso, para ayudar a la recuperación física y funcional.

La reincorporación al trabajo se puede realizar a partir de los tres meses, pero depende de la situación de cada paciente.

En cuanto a sexualidad, se pueden tener relaciones sexuales a partir de las 6/8 semanas tras el trasplante o cuando cada el paciente se encuentre preparado. Respecto a embarazos, se debe retrasar como mínimo un año, tanto en el caso de la mujer como del hombre, y siempre consultando al médico para que valore la medicación que toma el paciente.

¿Qué posibles complicaciones pueden darse tras un trasplante?


Las principales complicaciones son el rechazo -hiperagudo, agudo y crónico- y las infecciones.
  • Rechazo hiperagudo. Supone la pérdida inmediata del injerto trasplantado. Es bastante Infrecuente en el momento actual y en cualquier tipo de trasplante.
  • Rechazo agudo. Cuando ocurre, suele producirse entre los primeros días o los primeros meses del trasplante. Gracias a los inmunosupresores, tiene tendencia a ser más leve y de mejor pronóstico. Los síntomas y manifestaciones clínicas dependen del tipo de trasplante. Con medicación adecuada, el rechazo agudo suele ser revertido en la mayoría de casos.
  • Rechazo crónico. Ocurre en algunos pacientes varios meses o años después del trasplante. Cuando se produce, suele tener una evolución lenta y constante. El tratamiento para estos casos es el retrasplante.

En todos los tipos de rechazo la analítica es la que determina la situación del injerto trasplantado, su estado y las medidas a tomar para tratar de frenar o ralentizar su evolución.

En el caso de las infecciones, ya hemos comentado que aumenta el riesgo de contraerlas en pacientes que son sometidos a un trasplante porque su sistema inmunitario se encuentra debilitado. Este riesgo de infección varía dependiendo del momento post trasplante en que se encuentre el paciente. En general, es mayor durante los primeros 6 meses del trasplante y posteriormente se reduce de manera progresiva hasta que llega a ser similar al del resto de la población transcurrido el primer año del trasplante. Por tanto, podemos decir que las infecciones:
Son complicaciones frecuentes tras el trasplante.
Es muy importante realizar un diagnóstico precoz y un buen análisis.
Mediante la aplicación del tratamiento oportuno se solucionan sin dejar secuelas.

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.




Fuente: https://www.cinfasalud.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario